En noviembre, el presidente afgano, Ashraf Ghani, anuló la prohibición de las incursiones nocturnas de las fuerzas especiales instituida por el expresidente Hamid Karzai en 2013.
El cambio de política se produjo inmediatamente después del recientemente concluido Acuerdo de Seguridad Bilateral (BSA) entre Estados Unidos y Afganistán, la reciente autorización de fuerzas del presidente estadounidense Barack Obama y el acuerdo sobre el estatus de las fuerzas de la OTAN. En conjunto, estos acuerdos darán como resultado una presencia continua de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán hasta 2017. Estos acuerdos también elevan a las Fuerzas Especiales del Ejército Nacional Afgano (ANA-SF) como líderes de operaciones y relegan a las fuerzas de operaciones especiales (SOF) extranjeras a funciones operativas, de asesoramiento o ' funciones de apoyo y habilitación del combate.
Los operadores de las SOF de EE. UU. están entrenando actualmente a aproximadamente 200 ANA-SF en Kandahar y proporcionarán transporte y apoyo aéreo, equipo de visión nocturna e inteligencia a esas tropas para operaciones de incursión nocturna. Si bien no hay datos claros sobre los niveles de víctimas civiles durante las incursiones nocturnas en comparación con los ataques diurnos, un ex portavoz de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) fue citado por El diplomático como afirmar que el 85% de las incursiones nocturnas se llevaron a cabo sin el disparo de munición real.
Assessment
El aumento del movimiento y la movilización de los talibanes durante la noche es uno de los factores que influye en el cambio de política. Las incursiones nocturnas aumentan significativamente la ventaja táctica de las fuerzas especiales y refuerzan la superioridad técnica y de equipamiento. Con continuas reducciones de fuerzas, parecería que el Ejército Nacional Afgano y las fuerzas restantes de la coalición están tratando de maximizar cualquier ventaja táctica disponible. Sin embargo, la compleja cadena de autorizaciones de mando limitará la velocidad con la que se pueden planificar y ejecutar las operaciones nocturnas. La eficacia táctica a largo plazo de ANA-SF sobre los talibanes también dependerá del acceso continuo a equipos avanzados de transporte aéreo y de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) que actualmente proporciona Estados Unidos.
Existe una profunda conciencia de la oposición pública afgana a las redadas nocturnas y del peligro de que el cambio de política pueda exponer a Ghani a futuros ataques políticos a pesar de que el parlamento afgano apoyó la firma del BSA. La administración estadounidense ha rebautizado la práctica como "operaciones nocturnas" en lugar de "redadas nocturnas" en un intento por controlar la percepción pública. El hecho de que Ghani y la Casa Blanca estén dispuestos a agitar el sentimiento público negativo durante un período políticamente frágil puede dar alguna indicación de la seriedad con la que los gobiernos afgano y estadounidense están tomando la amenaza que representa un resurgimiento de la actividad talibán. El retraso en la retirada de hasta 1,000 soldados estadounidenses anunciado por el secretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel, el 6 de diciembre, refuerza esta evaluación. También es probable que el ascenso del Estado Islámico y la eficacia limitada de las fuerzas convencionales del ejército iraquí tras la retirada de Estados Unidos de Irak influyan en la política exterior de Estados Unidos en relación con Afganistán y en el deseo de evitar dejar un vacío de seguridad para los talibanes.
Esta evaluación está tomada de nuestra Sesión informativa sobre guerra por control remoto para diciembre de 2014..