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Cómo los defensores de derechos humanos pueden utilizar estrategias de protección colectiva

La protección colectiva es una forma de abordar el análisis de riesgos y la planificación de la protección a través de la lente de una comunidad, en lugar de la de un defensor individual. La protección colectiva reconoce que la seguridad de los defensores de los derechos humanos está interconectada con la seguridad de quienes integran su red, ya sean familiares, amigos, colegas o vecinos. Este principio principal es fundamental para cualquier estrategia de protección colectiva; sin embargo, la forma en que se desarrolle cualquier estrategia individual variará y dependerá de la misión, el perfil, el contexto y las necesidades del defensor en particular y su red.

La protección colectiva suele asociarse con comunidades rurales e indígenas de las Américas que buscan crear e implementar estrategias de protección adaptadas a sus complejas necesidades de seguridad. Si bien es cierto que muchos recursos y estudios sobre protección colectiva provienen de las Américas, y de los defensores de la tierra y el agua en particular, diversas comunidades alrededor del mundo han utilizado estrategias similares con diferentes nombres. Un tema común es que estas estrategias están diseñadas para adaptarse a las necesidades de grupos o comunidades en determinados momentos y en respuesta a amenazas que no son estáticas. Esto significa que las medidas de protección colectiva evolucionan periódicamente para incorporar cambios en las comunidades o entornos.

Ningún modelo de protección colectiva puede aplicarse como solución general. Pero al examinar diversos ejemplos, queda claro que hay elementos comunes que pueden usarse para estructurar el pensamiento y la planificación en torno a la protección colectiva de cualquier grupo. Éstas incluyen:
La diversidad de enfoques de protección colectiva en todo el mundo sirve para demostrar cómo cualquier colectivo puede comenzar a reflexionar y diseñar su propio plan. Por ejemplo, un grupo en Guatemala conocido como Resistencia Pacífica La Puya ha establecido un protocolo comunitario con criterios que guían sus esfuerzos de resistencia individual y colectiva. Su trabajo a nivel local incluye acción directa, batallas legales, intercambio de información y capacitación; A nivel internacional, construyen alianzas y realizan actividades de promoción. Gracias a esto, han obtenido protecciones y la suspensión –al menos por ahora– de las operaciones mineras. Los principios de su protocolo comunitario incluyen:

  • No dialogar con las empresas que operan en su zona, sino exigir a las instituciones públicas que cumplan con sus funciones y apoyen a la comunidad.
  • Garantizar la inclusión y trabajar para reducir las desigualdades internas vinculadas a dinámicas de poder desequilibradas en su comunidad.
  • Desarrollar procesos colectivos donde no haya un solo líder o portavoz, de modo que todas las decisiones se tomen con el aporte de la comunidad y ninguna persona se distinga del resto.

Open Briefing ha publicado un recurso sobre protección colectiva para defensores de derechos humanos y aliados que deseen saber más sobre cómo desarrollar tales estrategias.

La protección colectiva es un concepto vivo. Sus principios fundamentales se pueden utilizar para desarrollar enfoques de protección para comunidades, organizaciones y grupos de todo el mundo. Dado que los defensores de los derechos humanos suelen realizar su trabajo en entornos complejos, con muchos aliados y adversarios diferentes, la protección colectiva ofrece una forma de trabajar que aborda las causas profundas de las violaciones de los derechos humanos y ofrece formas de construir entornos más justos y sostenibles.