
La financiación internacional para el desarrollo es vital para muchas comunidades, especialmente en lugares que enfrentan inestabilidad. Sin embargo, en los últimos meses, decisiones políticas en Estados Unidos, el Reino Unido, los Países Bajos y otros países han interrumpido fuentes clave de financiación, lo que ha generado verdaderos desafíos para las organizaciones de la sociedad civil y las comunidades a las que servimos.
Estos cambios no solo afectan a los programas y las operaciones. También tienen un impacto personal en nuestro bienestar y resiliencia individual, colectivo y organizacional. Open BriefingHemos visto muchas veces cómo la incertidumbre y la disrupción pueden desencadenar una poderosa respuesta de estrés conocida como “congelamiento”, cuando individuos e incluso equipos enteros se bloquean bajo presión.
A medida que el sector continúa afrontando estos cambios, es más importante que nunca priorizar el bienestar de nuestro activo más valioso: nuestra gente. Crear un entorno de cuidado y apoyo no es solo una buena práctica, sino que es esencial para la resiliencia.
Recortes de financiación y la respuesta de congelación
En marzo de 2025, el gobierno estadounidense anunció la eliminación de aproximadamente 5,800 de los 6,200 contratos plurianuales otorgados por USAID, lo que representa un recorte de aproximadamente 60 millones de dólares. Esta drástica reducción de la ayuda exterior ha puesto en peligro servicios vitales, ha debilitado los esfuerzos para contrarrestar la reducción del espacio cívico y ha generado una incertidumbre generalizada en los sectores humanitario y de desarrollo internacional.
En el Reino Unido, el gobierno redujo su presupuesto de ayuda exterior del 0.5 % al 0.3 % del PIB, lo que supone un recorte estimado de 6 XNUMX millones de libras. Gran parte de esta reducción se ha redirigido a un aumento del gasto en defensa ante la retirada de Estados Unidos. La decisión ha suscitado serias preocupaciones sobre su impacto a largo plazo, en particular en la salud de las mujeres y las iniciativas humanitarias de primera línea.
Los Países Bajos han implementado una política de "Países Bajos primero", reduciendo significativamente su presupuesto de cooperación para el desarrollo. Estos recortes afectan áreas clave como la igualdad de género, la educación y la acción climática, y afectarán gravemente a las organizaciones que trabajan para promover la paz y la democracia, los derechos humanos y la salud y la seguridad de las mujeres, las niñas y las personas LGBTQIA+.
Las consecuencias han sido inmediatas y dolorosas para las organizaciones: se han suspendido o cerrado programas, se ha despedido personal y los servicios básicos se han visto sometidos a una enorme presión. Uno de nuestros socios de base, Centro de exilio, explicado:
Exile Hub se ha visto significativamente afectado por esta congelación. Varios de nuestros proyectos, financiados por USAID, han sido suspendidos o cancelados. Entre ellos se encontraban programas clave que brindaban apoyo en salud mental, alojamiento seguro y oportunidades de desarrollo profesional a defensores de derechos humanos, periodistas y activistas en riesgo a lo largo de la frontera entre Tailandia y Myanmar. La repentina retirada del apoyo fue inesperada y ha supuesto una enorme presión sobre nuestra capacidad para mantener los programas básicos.
Pero no es solo la capacidad operativa la que se ve afectada, sino también nuestra resiliencia emocional. Open Briefing El psicólogo Mohamed Lamaa explica:
“Al igual que el cuerpo entra en shock por un frío repentino, la naturaleza abrupta de estos recortes nos ha dejado a quienes trabajamos en las organizaciones afectadas sintiéndonos paralizados, inmovilizados, desconectados o abrumados por la incertidumbre”.
Esta respuesta al confinamiento no se limita a las personas. Nyachomba Kariuki-Schofield, nuestra coordinadora de bienestar y resiliencia, describe los efectos más amplios:
Las personas que trabajan en los sectores de desarrollo, humanitario y de derechos humanos pueden experimentar una sensación compartida de estancamiento. Desde fallos de comunicación hasta el estancamiento en la toma de decisiones y la interrupción de la colaboración, el bloqueo emocional resultante disminuye nuestra capacidad de pensar con claridad o actuar, lo que agrava aún más el impacto en nuestro bienestar y la eficacia de organizaciones enteras.
Es fundamental comprender que estas respuestas no son signos de debilidad. En entornos de alto riesgo, donde las personas se ven obligadas a tomar decisiones difíciles sobre el futuro de programas esenciales, son reacciones naturales ante un estrés abrumador. Al reconocer estas experiencias y responder con empatía, podemos empezar a crear un espacio para la recuperación.
También es importante reconocer que, si bien muchas organizaciones se han visto paralizadas por la velocidad y la magnitud de estos recortes, otras se resisten activamente presentando demandas, diversificando sus fuentes de financiación y explorando alianzas estratégicas y fusiones. Estos enfoques merecen apoyo y reconocimiento. Pero incluso en momentos de acción, la tensión emocional y organizacional puede ser profunda.
Entendiendo la respuesta de congelamiento
La respuesta de congelación forma parte de nuestro sistema de supervivencia. En esencia, el sistema nervioso reacciona al peligro pasando de un estado de relajación a uno de lucha o huida o a una inmovilización. Por lo tanto, cuando nos enfrentamos a una amenaza que no podemos combatir ni evitar, nuestro cuerpo puede bloquearse para protegernos. Nos sentimos insensibles, bloqueados o desconectados, incluso cuando la acción parece urgente. Esto es especialmente común cuando las personas se sienten impotentes para cambiar la situación, como al perder financiación, ver a colegas despedidos o no saber qué sucederá después.
La reacción de congelamiento puede afectarnos de muchas maneras. Estas experiencias suelen estar impulsadas por una sensación de parálisis y miedo a lo desconocido, especialmente cuando las rutinas se ven alteradas o el futuro parece estar fuera de nuestro control.
- Emocionalmente. Sentirse entumecido, distante, ansioso o abrumado. Estos sentimientos pueden provenir de una sensación de impotencia ante un cambio repentino.
- Cognitivamente. Dificultad para concentrarse o tomar decisiones. Incluso las tareas más sencillas pueden parecer imposibles cuando nuestro sistema nervioso está paralizado.
- Conductualmente. Aislarse de los compañeros, evitar conversaciones o comportarse de forma desconocida. Estos pueden ser intentos de lidiar con la presión o la incertidumbre.
- Físicamente. Tensión muscular en la mandíbula, el cuello o los hombros; respiración superficial; alteración del sueño debido a un mayor estado de alerta; y manos o pies fríos a medida que el flujo sanguíneo cambia en respuesta al estrés.
A nivel de equipo, la respuesta de congelamiento puede manifestarse como un aumento de bajas por enfermedad, baja motivación, comunicación estancada o una sensación general de que las personas no son ellas mismas.
Estrategias para la sanación y resiliencia individual
Si te sientes estancado, empieza poco a poco. La respuesta de congelamiento es la forma en que tu cuerpo te protege durante el estrés, y la recuperación comienza con pasos suaves.
Conéctate físicamente a tierra. Intenta respirar lentamente, concéntrate en las sensaciones físicas o presta atención a lo que te rodea, como el suelo bajo tus pies. Estas técnicas de conexión a tierra nos ayudan a reconectarnos con el momento presente, reducir el entumecimiento emocional y crear una sensación de seguridad en nuestro cuerpo.
Ser amable con usted mismo. Recuerda que esta es una respuesta natural al agobio. Limita tu exposición a desencadenantes estresantes, como noticias constantes o conversaciones tensas; crear espacio para la recarga mental es vital para la recuperación.
Rompe las cosas. Cuando todo te resulte abrumador, concéntrate en una tarea pequeña y manejable a la vez. Esto puede ayudarte a recuperar el control y evitar que te sientas estancado. Celebra cada paso. Y date tiempo para procesarlo, sin juzgarte.
El papel de las organizaciones
Responder a la paralización no es algo que las personas puedan hacer solas. Las organizaciones desempeñan un papel importante en la forma en que sus equipos afrontan y se recuperan en tiempos de incertidumbre.
Una de las cosas más importantes que puedes hacer es Crear una cultura del cuidado. Esto significa crear espacios para que las personas hablen abiertamente, ya sea mediante reuniones periódicas, reuniones reflexivas de equipo o simplemente sabiendo que está bien decir algo cuando las cosas se sienten difíciles. La tranquilidad, la empatía y la escucha activa pueden contribuir enormemente a que las personas se sientan seguras y comprendidas.
Apoyo de los compañeros También marca una diferencia real. Las redes de apoyo informales, los sistemas de compañeros o los compañeros de apoyo capacitados pueden ayudar a reducir el aislamiento y a fortalecer la conexión.
Comunicación clara y transparente También es esencial. Las personas necesitan comprender qué está sucediendo, qué está haciendo la organización y dónde pueden buscar apoyo. Cuando el liderazgo es abierto y honesto, ayuda a reducir la ansiedad y restaura la sensación de estabilidad.
También es importante que los líderes sepan reconocer las señales de estrés o respuestas traumáticas y responder con compasión. Gerentes de capacitación y líderes de equipo en este ámbito puede ser transformador.
Finalmente, Normalizar el apoyo y desestigmatizar las conversaciones sobre salud mental y bienestar. Anime a su personal a tomar descansos, cuidarse y buscar ayuda cuando la necesiten, ya sea a través de recursos de salud mental, servicios de terapia o simplemente tiempo libre para recargar energías. Estos pequeños pasos ayudan a reconstruir la resiliencia y les recuerdan que no están solos.
Cómo Open Briefing puedo apoyarte
A medida que la ayuda global se vuelve más incierta, muchos activistas de base y organizaciones de la sociedad civil se ven obligados a hacer más con menos. Y mientras los recursos disminuyen, los riesgos aumentan: desde amenazas físicas y digitales hasta el impacto psicológico de la presión constante.
At Open BriefingCreemos que la seguridad y el bienestar van de la mano. Por eso, adoptamos un enfoque holístico para apoyar a quienes trabajan en primera línea en derechos humanos, medio ambiente y justicia social.
Si usted o su organización enfrentan presión o riesgo, aquí le mostramos cómo podemos ayudarlo:
- Programa de asistencia reactiva. Ofrecemos mentoría holística de seguridad totalmente financiada y acompañamiento remoto para actores de la sociedad civil que enfrentan daños físicos, digitales o psicológicos. Obtenga más información sobre la asistencia receptiva en Open Briefing.
- Herramientas y orientación. También ofrecemos una gama de herramientas y guías multilingües Fortalecer la resiliencia individual y colectiva de las organizaciones de la sociedad civil y activistas en todo el mundo. Nuestra Protocolo Integral de Seguridad para Defensores de Derechos Humanos Ofrece estrategias prácticas para fortalecer la resiliencia individual y colectiva. Está disponible en 27 idiomas y diseñado para su uso en la vida real.
- Programa de formación en apoyo entre pares. Nuestra capacitación capacita a las personas para asumir un rol informal que apoye el bienestar y la resiliencia de sus compañeros de trabajo y activistas. Registre su interés en nuestra Programa de capacitación en apoyo entre pares. También puedes Lea sobre las experiencias de los participantes anteriores., Shreya KC, asesora juvenil de la Proyecto Iris, quien se unió al programa para apoyar a otros en su red.
No tienes que afrontar esto solo. Ya sea que estés lidiando con el agotamiento, la incertidumbre o el riesgo directo, tienes apoyo disponible. Estamos juntos en esto.