El 20 de agosto de 2012, 217 de los 285 delegados previstos en el parlamento somalí prestaron juramento en el aeropuerto internacional de Mogadiscio bajo la fuerte vigilancia de tropas de la Unión Africana (UA).
El nuevo parlamento no eligió un presidente como se esperaba. Una vez hecho esto, se pondrá efectivamente fin al Gobierno Nacional de Transición establecido hace ocho años. También se espera que el parlamento ratifique la nueva constitución somalí creada con la asistencia de la UA, las Naciones Unidas y otros actores interesados, incluida Kenia.
La constitución ha sido aclamada por muchos como un gran paso en la dirección correcta para Somalia, y hay una sensación de optimismo entre los somalíes nativos y entre los de la diáspora. Sin embargo, persisten algunas dudas sobre si, de hecho, será ampliamente aceptado.
Inestabilidad regional
Los estados regionales afectados por la inestabilidad en Somalia también están observando con gran interés los acontecimientos en este momento. Kenia ha sido la más afectada por la inestabilidad al recibir a la mayoría de los refugiados somalíes en su campo de refugiados de Dadaab. Kenia ya tiene un número significativo de ciudadanos somalíes documentados entre su población, además de un gran número de refugiados somalíes ilegales. Esto ha creado un problema complejo y costoso de gestionar para los funcionarios kenianos.
En los últimos tiempos, el complejo de refugiados de Dadaab ha sido una importante fuente de inseguridad en la región, ya que poco a poco el grupo militante Al Shabaab, vinculado a Al Qaeda, lo ha convertido en un conducto y una zona de “escondite”.
Etiopía ha estado en conflicto con Somalia de forma intermitente desde el siglo XV y en la última década ha invadido Somalia dos veces. Actualmente tiene tropas en Somalia involucradas en la actual guerra contra Al Shabaab. Uganda y Burundi también están interesados en la actual iniciativa militar. Según los informes, militantes de Al Shabaab que huyen han estado apareciendo en Djibouti y Yemen.
Participación internacional
La comunidad internacional no se ha librado. La falta de control gubernamental en Somalia ha resultado en una escalada de la piratería en el Océano Índico. Somalia también es desde hace tiempo un caldo de cultivo para el terrorismo y Washington está preocupado por el vínculo entre Al Shabaab y Al Qaeda.
Sin embargo, los factores sobre el terreno indican ahora que puede haber llegado el momento de un compromiso internacional para la estabilización de Somalia.
Durante la reciente cumbre de la Unión Africana en Etiopía, la UA dejó en claro que tiene la intención de involucrar al esperado nuevo gobierno somalí en los esfuerzos de reconstrucción. La UA, en asociación con la Unión Europea, USAID y otras agencias, también está comprometiendo mayores recursos para la Misión de la UA en Somalia (AMISOM).
Estados Unidos ha apoyado a Kenia y Uganda en la acción militar en Somalia, como lo demuestra la reciente donación de drones a los dos gobiernos. De hecho, Somalia ocupó un lugar destacado en la agenda durante la reciente visita de Hillary Clinton a Kenia. El Secretario de Estado estadounidense aseguró a los funcionarios que Estados Unidos continuaría ofreciendo apoyo financiero y experiencia para ayudar a estabilizar Somalia.
La UE ya participa a través de la fuerza naval que ha estado patrullando el Océano Índico. Más importante aún, otros países han participado unilateral y bilateralmente. Turquía ha estado impulsando muchas iniciativas en Mogadiscio, especialmente en el frente de infraestructura. Turkish Airlines fue una de las primeras aerolíneas internacionales en restablecer vuelos directos a Somalia en octubre del año pasado y lo ha mantenido incluso en momentos en que no tenía sentido económico hacerlo. Varios países europeos tienen licencias de prospección offshore a través de empresas como Total y ENI. Irán también está estableciendo una gran presencia en Mogadiscio. La Alta Comisión británica ya está mostrando interés por los territorios recuperados a través de su unidad de estabilización en Nairobi. Ruanda y Kenia han participado y continúan mostrando interés en ayudar a mejorar la capacidad de la policía y el ejército somalíes.
Una nota de precaución
Por supuesto, existen algunas dudas. Algunos críticos creen que la constitución no será vinculante porque se la considera demasiado extranjera para ganarse el apoyo de los somalíes. Algunos lo ven demasiado “occidental”, otros lo consideran una imposición. Además, el nuevo parlamento está formado por representantes de los clanes y no por funcionarios electos, lo que pone en duda su representatividad. Algunos han acusado a Kenia y Etiopía de intentar influir en la elección final del presidente por parte de la asamblea. De hecho, algunos analistas consideran que estas maquinaciones son la verdadera razón por la que se retrasó la votación presidencial.
La fuerza de la AMISOM ha logrado grandes avances en el desarraigo de Al Shabaab. Es claramente una fuerza en fuga y su principal puerto vital, Kismayu, está bajo asedio y se espera que pronto caiga en manos de las fuerzas de la AMISOM. Actores regionales como Kenia, Uganda y Etiopía han desarrollado o están en proceso de desarrollar mecanismos efectivos para garantizar que el grupo –o cualquiera de sus derivados– no se establezca en sus jurisdicciones. Sin embargo, sería un grave error de juicio suponer que la AMISOM logrará destruir a Al Shabaab en el esperado ataque final contra Kismayu. Muchos de sus actores clave están huyendo o escondidos hasta que pase la tensión. El quid de la cuestión es que es probable que Al Shabaab sobreviva de una forma u otra incluso después de la toma de Kismayu y el cambio de gobierno en Mogadiscio.
Cuando Etiopía atacó Somalia hace cuatro años, dejó a su paso un vacío de poder que finalmente condujo al nacimiento de Al Shabaab tal como lo conocemos hoy. El riesgo es que la actual “coalición de dispuestos” repita el mismo error.
¿Una Somalia estable?
Somalia ha sido un Estado fallido durante los últimos veintiún años. Durante ese tiempo, se han puesto en marcha muchas iniciativas internacionales, regionales y bilaterales, pero ninguna ha tenido tanto éxito como sus iniciadores hubieran deseado. La decisión de las Fuerzas de Defensa de Kenya de perseguir a Al-Shabaab hasta Somalia en octubre pasado ha creado, ya sea inadvertidamente o intencionalmente, una combinación de factores que son favorables para colocar a Somalia en el camino de una paz duradera. El más importante de ellos es el amplio apoyo que disfrutan las iniciativas actuales entre los somalíes, mucho más que cualquier iniciativa anterior. ¿Está Somalia en vísperas de un giro histórico de los acontecimientos?
Este artículo de Open Briefing El analista colaborador Lawrence Gitonga Mwongera fue publicado originalmente por openDemocracy el 30 de agosto de 2012.