Este informe examina la eficacia del uso de la guerra remota por parte del gobierno nigeriano, sus aliados regionales y los estados occidentales para contrarrestar la amenaza de Boko Haram. Nuestro análisis muestra que las operaciones han alentado a las fuerzas de las facciones de la insurgencia a hacer metástasis, desarrollar resiliencia y diseñar nuevas tácticas.