Teherán ha disfrutado del estatus de observador en la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) desde 2005, pero ha presionado repetidamente para ser miembro pleno. Los dos centros de poder de la organización no están de acuerdo sobre la posición de Irán: Moscú apoya la adhesión de Irán, pero Beijing aparentemente se opone a tal medida. Irán comparte con la OCS la ambición de desafiar el dominio estadounidense y el orden liderado por Occidente. Para Irán, la OCS es también lo más cercano que tiene a un baluarte de defensa internacional, ya que no es miembro de ninguna otra organización de seguridad regional.