La Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de China es una visión para convertir el dinamismo económico a gran escala en una política exterior que proyecte la influencia china en el extranjero en nombre del desarrollo. Si su promesa de prosperidad y desarrollo mutuos va a ser más que la suma de sus partes, su efecto estabilizador en Medio Oriente sería una importante prueba de fuego. El impulso puede venir de Beijing, pero los países más pequeños como Israel pueden y deben darle forma.