Los recortes a la ayuda exterior no solo interrumpen programas, sino que también erosionan el bienestar de quienes los respaldan. Ante la congelación de fondos en Estados Unidos, el Reino Unido y otros países, muchos en los sectores del desarrollo y los derechos humanos se enfrentan a consecuencias ocultas: bloqueo emocional, ansiedad y agotamiento. Este artículo explora la respuesta a la congelación y cómo las organizaciones pueden fomentar la resiliencia ante la profunda incertidumbre.