La guerra contra las drogas es la guerra olvidada de Estados Unidos. Durante más de 40 años, ha pasado desapercibida fuera de la región y, durante la última década, ha sido eclipsada casi por completo por la guerra contra el terrorismo y los conflictos relacionados en Afganistán e Irak.
Pero el tráfico ilícito de drogas y las respuestas militarizadas de los gobiernos son las mayores amenazas a la seguridad estatal y humana en las Américas. Muchos analistas y formuladores de políticas concluyen ahora que la guerra contra las drogas ha fracasado en gran medida.
Open Briefing ha publicado hoy, 4 de abril de 2012, un informe político que describe una alternativa de "seguridad sostenible" a la guerra contra las drogas.
Rehabilitando la guerra contra las drogas: Centroamérica y el debate sobre la legalización, evalúa las implicaciones del sorpresivo anuncio del presidente guatemalteco Otto Pérez Molina de que quiere abrir un debate regional sobre la legalización de las drogas. Los autores, Chris Abbott y Joel Vargas, concluyen que la despenalización de algunas drogas y la legalización de otras deberían constituir la base de una estrategia de seguridad sostenible para abordar los delitos violentos asociados con el tráfico de drogas ilícitas en las Américas.
El informe describe los siguientes programas integrados que constituirían una estrategia eficaz:
- Despenalizar algunas drogas y legalizar otras en un proceso por etapas.
- Separar los elementos policiales y militares para combatir el crimen organizado relacionado con las drogas.
- Abordar los desafíos de seguridad ciudadana, incluida la falta de seguridad personal.
- Abordar la corrupción policial mediante formación, supervisión y evaluación a lo largo de la carrera.
- Programas de Desarme, Desmovilización y Reintegración para ex miembros de cárteles.
- Aumentar radicalmente la financiación para programas de educación y tratamiento sobre drogas en América del Norte.
Al centrarse en estrategias ineficaces de reducción de la oferta, la guerra contra las drogas está destruyendo los países de América Latina para proteger a los de América del Norte. La Sexta Cumbre de las Américas, que se celebrará los días 14 y 15 de abril, debe permitir un debate adecuado sobre la posible legalización de las drogas, y los líderes centroamericanos deben estar preparados para desarrollar estrategias políticas que también garanticen la salud y la seguridad de sus propios ciudadanos, en lugar de sólo beneficiando a otros.
La estrategia de seguridad sostenible descrita en Rehabilitar la guerra contra las drogas podría constituir la base de esa alternativa a la guerra contra las drogas.
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